Parece un super poder que solo los más valientes y los que aparentemente ya tienen todo en la vida pueden hacer. Pero créeme que es de lo más sencillo y al hacerlo estarías mejorando al100% tu productividad y tranquilidad en todo ámbito de tu vida.

Antes que iniciemos con más detalles, quiero que te hagas estas dos preguntas:

• ¿A qué le dijiste si últimamente?
• ¿A qué le dijiste no últimamente?

Mi intención con este ejercicio es que veas la magnitud de ambas respuestas y cómo las mismas pudieron tener repercusión negativa o positiva en el transcurso de tu día, semana, mes o hasta de tu vida.

Para familiarizarnos, te cuento de mis últimos si y no:

• Le dije SI a iniciar un negocio con un amigo. Nos llevamos 2 semanas en la creación del mismo, un giro del cual no estaba familiarizado pero de alguna manera lo quise ver como un reto. Luego de esas dos semanas, me di cuenta que no era lo que yo quería realmente y no estaba alineado con mis otros proyectos y con lo que quería lograr en la vida. Era un proyecto sólo por dinero y 0 crecimiento personal y profesional. Al final tuve que decir no y seguir en lo mío.
• Le dije NO a la rutina que había planeado con el propósito de tener una mejor condición física y terminé haciendo sólo lo que creía que mis fuerzas me daban para hacer y ni siquiera fui constante.

¿Qué hubiera pasado si hubiese invertido esas respuestas en las experiencias pasadas?

…Estoy seguro que con esto ya estamos en sintonía.

Los problemas más comunes por los cuales nos cuesta decir no a lo que debemos y si a lo que no, son los siguientes:

Cuando es a otros:

• Que pena quedarle mal a quien nos pregunta.
• No quiero verme abusivo.
• A la próxima vez no me considerarán.

A nosotros mismos:

• Que pereza.
• No tengo tiempo.
• Es muy difícil.
• Es muy arriesgado.

Con esto nos damos cuenta que nos importa más el qué dirán que realmente lo que puede ser beneficioso para mi. Optamos por cumplir con una falsa aceptación social pero en nuestro interior nos estamos destruyendo lentamente y por ende a nuestros sueños y metas por lograr.

La pregunta más importante que debes hacerte: ¿Prefiero quedar bien con alguien más a quedar bien conmigo mismo?

“La mayoría de personas se sienten incómodas al decir no porque se encuentran condicionadas a complacer a los demás”

Te cuento, para mí fue muy difícil aprender a decir no a otras personas. Soy alguien que le encanta ver triunfar a sus amigos y si tengo la oportunidad les apoyo, por ende el decirle no a una propuesta de negocio, inversión, tiempo, etc. Era una muy difícil decisión.

Pero todo cambió al ver que estaba cediendo mucho de mi tiempo y recursos en temas que no iban alineados a lo que yo deseaba lograr. Y debido a que me encantan crear mini-sistemas para la toma de decisiones, decidí crear unos pasos a seguir cuando me encontrara en este tipo de situaciones:

1. Antes que nada, tener presentes mis planes a corto, mediano y largo plazo. Si aún no lo tienes, te recomiendo que lo escribas y tengas presente en todo momento. Mejor si lo llevas contigo, apúntalo en alguna app o en tu journal.
2. Cuestionarme si la propuesta va alineada con lo que quiero lograr y si vale la pena invertir mis recursos en ello (dinero, tiempo). Sean actividades lucrativas o no. Pero sobre todo, si esto te hará mejor persona o profesional al verte involucrado. Lo que realmente te haga sentir satisfecho contigo mismo.
3. ¿Qué beneficio obtendría yo? o ¿qué recibiría a cambio? sea una remuneración económica, reconocimiento o satisfacción, como te hablaba en el inciso anterior. Atrévete no solo a cuestionártelo, sino a preguntárselo a la otra persona.
4. ¿Qué mas podría hacer con mi tiempo si no acepto esto? Costo de oportunidad.
5. ¿Qué representa para mi la otra persona? De esta manera podré determinar como decirle no o dar un rotundo si.

Ojo con esta última. Permíteme contarte otra experiencia que tuve no hace mucho.

Hace poco fui convocado para ser parte de la equipo fundador de una empresa familiar, prácticamente ser socio con otras 2 personas de una idea bastante buena y que estoy seguro tendrá éxito.

Y te digo, me lo vendieron muy bonito. Me sentí halagado y complacido. Pero tuve que decir no.

No fue para nada bien recibido, aparentemente herí sus sentimientos, pero de no decir un no a tiempo, podría haber afectado a mis propios proyectos y al de ellos. Sentí pesar por decepcionar a otra persona, pero a la vez alivio de no comprometerme a algo que no estaría 100% enfocado.

Para mi representan personas que amo mucho, pero antes reconozco que me amo aún más, como para desviarme de lo que ya he diseñado para mi.

Con esto quiero compartirte algunas opciones para decir no de una manera más amable y generosa:

1. Sé honesto. Hazles ver que tienes tus propios compromisos y prioridades que no puedes dejar de atender. No des muchas explicaciones, pero sé completamente honesto.
2. Separa las decisiones de las relaciones. Aclara que tu decisión no tiene nada que ver con la amistad o con temas familiares. E incluso a veces es mejor no mezclar la amistad o vínculo familiar con los negocios.
3. Sugiere una alternativa. Refiere a otra persona que podría ser una mejor alternativa, humildemente puedes aceptar que hay mejores que tú para dicha propuesta.
4. Posponerlo. Es posible que honestamente si desees hacerlo, pero en este momento no te es posible. Propón aplazarlo para una fecha a mediano plazo.
5. Un no claro es mejor que un si vago. A veces simplemente decir no es mejor que decir si sin un compromiso sincero. Por lo menos en la cultura del país en donde vivo, tienden a decir si a todo, pero realmente es por la pena a decir no.

Creo que lo más difícil es decir ese primer no, como todo lo que empiezas a hacer, por lo que el empezar a decir no a cosas sencillas, te hará un experto para cuando afrontes decisiones más fuertes. Te cuento de algunas con las que empecé a decir no, para mi y hacia los demás:

• No a malos hábitos.
• No a recomendaciones de otros que no sean realmente influyentes para mi.
• No a tentaciones que veo en Amazon u otras tiendas en línea o físicas.
• No a libros o películas que dejo a medias porque no captaron toda mi atención. No es necesario terminarlo si no nos agrada del todo.
• No a ofertas de viaje, black friday, ofertas navideñas, etc.
• No a los estupefacientes.
• No a personas que no aportan positivismo en mi vida.
• No a los desvelos.

Créeme, al hacer este ejercicio valorarás aún más tu salud, tiempo, dinero y relaciones e identificarás cuales son tus verdaderas prioridades y dependerá de ti enfocar mejor tus actividades a partir de ello.

Mi último consejo: di más no’s a los terceros y permítele más si’s a tu vida.

Publicado originalmente en jaimeflorian.com

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Recién acabo de empezar a utilizar Notion para organizar todos mis proyectos, y te cuento que fácilmente estoy sustituyendo 4 aplicaciones que uso a diario. Te la recomiendo 100%.

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¡Hasta la próxima!

Estamos en una era de mucha — demasiada — información y por ende, la mayoría podría ser puro ruido. No necesariamente lo que necesitamos para nuestras vidas.

Redes sociales, noticieros, periódicos, vallas publicitarias, e-mails no solicitados, llamadas de vendedores, etc. Interrupciones constantes e información invasiva que no solicitamos, pero son perfectos distractores y obstáculos para completar lo que nos hemos propuesto.

Incluso el escuchar a tus padres. No pretendo con esto desacreditar lo que tus padres tienen que decirte, pero en la mayoría de ocasiones lo que ellos buscan es que no cometas los mismos errores que ellos cometieron, prácticamente no quieren verte fracasar.

“Te lo digo por tu bien, no quiero que resultes dañado”

Tus padres no quieren verte sufrir, sin embargo quieren verte triunfar. Es contradictorio, lo ves. Para ti triunfar es iniciar ese negocio, aventurarte por el mundo, formar una banda musical, crear tu propia aplicación, etc. Para ellos es verte titulado y con un trabajo “formal”.

De igual forma lo harán tus amigos, colegas, compañeros de trabajo, etc. Es el momento perfecto para analizar de donde estás recibiendo la información, los consejos, etc. Y si estos te están acercando a cumplir tus metas, o simplemente son distractores y pérdida de tiempo.

Ser la “oveja negra” de mi familia me ha permitido salir de esa cápsula de protección y reglas a seguir, para buscar lo que en realidad me hace feliz y aprender nuevas cosas, mientras construyo mi propio destino.

De pequeño recuerdo que era muy tímido. Alguien que temía tomar sus propias decisiones, es más, en muchas ocasiones fui víctima de bullying debido a que era muy inseguro de mi mismo. 

Hoy soy todo lo contrario, pero todo fue gracias a que identifiqué lo que realmente me estaba dañando — aunque silenciosamente — evitaba que fuera yo mismo y que tomara el control de mi vida.

Mis padres a quien admiro y agradezco la vida, en su intento de criarme, realmente me estaban anulando en muchas de mis intenciones. La sobre-protección y el excesivo recordatorio de “cuidado, te vas a lastimar, fracasar, etc.” Todo aquello que estuviera fuera de sus reglas o su forma de ver la vida, según ellos me iba a causar daño. Curiosamente cuando efectivamente salía dañado, me reclamaban con el típico “te lo dije”. Lo que al final causaba que me refugiara nuevamente en lo que me decían y dejara a un lado lo que quería lograr.

Nadie es Padre sabiendo de antemano todo lo que conlleva, por eso ahora que soy Padre intento enmendar esas decisiones y ser un mejor ejemplo con mi hijo, pero quizá nunca llegue a cumplir con las expectativas de él y es posible que en un futuro sea él quien escriba algo similar a lo que escribí de mis Padres. En fin, mi labor debe ser darle el mejor ejemplo posible según mis acciones. Y jamás decirle que no puede o no debe, que siempre tome sus decisiones y se responsabilice de ellas. Si fracasa, es aprendizaje, si triunfa, también.

Si tienes un sueño ¿por qué aun no estás haciendo nada por hacerlo realidad?

Las excusas más comunes son:

• No tengo tiempo
• Mi trabajo no me lo permite
• No tengo dinero
• Mi familia…
• Bla bla bla…

Siempre hay una de por medio. ¿Qué esperamos? que al fin nos despidan y tengamos tiempo suficiente, pero a pesar de eso tengas otra excusa preparada para decir que no estás preparado.

Te ganas la lotería, recibes una herencia, etc. Y lo primero que haces es malgastarla y jamás pensar en financiera ese sueño. Si tu sueño es ser rico, posiblemente lo lograste (felicitaciones, eres el 0.00001% de las personas que les sucede esto sin hacer prácticamente nada para lograrlo), pero ¿seguro que ese es tu sueño? ¿crees que lo mereces de esa manera?

¿Quieres ver feliz a tu familia o saber que no estás dándoles lo que merecen y seguir en el mismo plan de vida? Definitivamente yo sé que como cualquier miembro de una familia, todos quisieramos ver felices a los nuestros, ser feliz con ellos y vivir plenamente. ¿Qué estamos haciendo para lograrlo?

Ten cuidado con lo que ves y escuchas

En el inicio les comentaba acerca del bombardeo que recibimos en las redes sociales y diferentes medios disponibles. Y si lo vemos del lado positivo, es impresionante que hoy en día estamos a un click de aprender muchas cosas buenas para implementar en nuestras vidas. Pero lastimosamente hay expertos en marketing detrás de apps, páginas, influencers, etc. que te quieren vender una idea que, aunque no se apegue a ti, posiblemente te veas atraído ya que te lo muestran de una manera que crees que te sería útil.

¿Realmente has evaluado si lo que consumes vale la pena?

Si sigues cuentas en Instagram, por ejemplo, en donde lo que ves únicamente te causa frustración, en lugar de motivación. Si lees artículos del periódico en donde muestran noticias de delincuencia. Si tu feed en Facebook son solo videos chistosos de personas que se caen y están borrachas. ¿Es momento de evaluar no?

¡No te digo que seas drástico y cierres todas tus cuentas!

Te cuento mi experiencia con el café. Me encanta, es más, estaba tomando alrededor de 5 tazas al día. ¿Así o más enamorado del café (por no decir adicto)? 

Paré en el momento que empecé a sentir fuertes dolores de estómago, y es más, cada vez que comía sentía un ardor terrible y unas ganas de vomitar. Hasta ahí me preocupé y empecé a revisar artículos al respecto, y efectivamente, el ácido del café estaba dañando mi estomago. 

Ahora en lugar de tomar 5, tomo 2 al día. No me lo quité, porque cuando probé el primer día sin café, ya no sólo eran dolores de estómago sino de cabeza también. 

Charles Duhigg en su libro The Power of Habit menciona que no es necesario deshacerte de los hábitos, sino enfocarte en la satisfacción que te provoca esa rutina que llevas para obtener lo que deseas, y cambiar la forma en que llegas a ello. Quizá con 2 tazas es suficiente para mantener mi gusto por el café, posiblemente después sólo una, siempre y cuando cuide de mi salud y a la vez disfrute del café.

Con lo que consumes en tus redes, periódicos, televisión, quizá si sea de satisfacción para ti, quizá el hecho de leer o de reirte un poco sea lo que busques. ¿Pero realmente está aportando algo bueno en tu vida?

No permitas que quienes publican y escriben lo que tu consumes, te lleve a tomar una decisión sin antes estar seguro de lo que quieres para ti.

Ahora te preguntarás ¿Por qué estoy leyendo acerca de no escuchar y dejarme llevar por lo que otros dicen y en este artículo quien lo escribe me está diciendo que atienda a lo que él dice? Jajaja, tienes toda la razón. 

No me creas todo lo que lees, vivelo por tu cuenta y quitate la duda si es cierto o no. Pero reamente alguien tiene que decirtelo si aún no logras identificar lo que quieres o buscas.

Y aclaro, no estoy diciendo que no escuches a los demás, sino lo que podrían decirte a ti según lo que ellos creen que debería ser o no.

Además, yo soy una persona que sigue a muchos y los he nombrado mis mentores. En mi artículo Tus heroes y los mios los menciono a cada uno y el por qué los he elegido.

Yo no soy un coach o algo similar, simplemente soy alguien que comparte en diferentes formatos lo que he aprendido en el trancurso de mi vida. Y algo que si está conmigo cada día, es que… 

Mis decisiones son mis decisiones y de nadie más. Por ende me responsabilizo de las consecuencias en los fracasos y así mismo celebro los éxitos alcanzados.

Cuéntame tu experiencia al respecto, será un gusto poder conversar contigo.

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De pequeños jugábamos con nuestras figuras de acción y el sin fin de escenarios que nos inventábamos con cartón, pedazos de madera y cuanta cosa que nos encontrábamos en el camino; simulando un encuentro entre nuestro héroe y nuestros archienemigos (eran nuestros también, estábamos tan involucrados en la trama) en donde a pesar del sin fin de trampas y obstáculos marca ACME, lográbamos salir victoriosos una y otra vez durante nuestras horas interminables de juego.

Mi favorito en ese entonces era Robocop — el cual aún conservo después de más de 25 años, Javi mi hijo juega con él de vez en cuando — . Con el tiempo fui cambiando de superhéroes. En su momento fueron los Power Rangers — Jason, el rojo — Las tortugas ninjas — no había preferido. Y hasta donde recuerdo, mis últimas figuras heroicas fueron una versión imitación de los G.I. Joe.

Quizá mi interés hacia las figuras fue decreciendo en esos tiempos, ya que al pasar del tiempo, le dediqué más tiempo a los videojuegos (como varios contemporaneos). Aunque Sonic — quien es el #1 de Javi hasta hoy — y los soldados de Contra fueron los que me acompañaron en mis aventuras heroicas posteriormente.

Recuerdo cuando vi Toy Story por primera vez, así como recuerdo la última película de la saga, Toy Story 3. Y fue inevitable para mi no derramar lágrimas en el momento en que Andi se desprende de sus juguetes favoritos, quienes en su momento, al igual que yo, nos acompañaron en nuestros momentos más maravillosos de nuestra niñez.

La nostalgia es definitivamente algo que a todos nos provoca emociones y nos hace recordar que las únicas preocupaciones que teníamos en ese entonces, era que nos alcanzara el tiempo para jugar. Y hacer las tareas -.-’