Hace unos días terminé de leer el libro de ‘The Power of Habit’ de Charles Duhigg. Un libro que me iluminó en un momento crucial de mi vida. Y es que no creo que exista un ser humano en este mundo que esté completamente contento con sus hábitos actuales.
En mi caso, sí necesitaba algo que me hiciera entender y posteriormente encontrar una nueva forma de sentirme auto-realizado sin la necesidad de atajos ni distractores. Necesitaba crear un sistema que me ayude a mejorar diferentes aspectos en mi vida, en los cuales he perdido el control por la falta de buenos hábitos. Era el momento de hacer una actualización a mis hábitos y costumbres.
Existen hoy en día muchos documentos, artículos, libros, etc. acerca de los hábitos. No es algo nuevo y siempre tendremos contenido al respecto. En mi experiencia, he leído infinidad de temas relacionados a los hábitos y la importancia de crear un sistema que nos ayude a lograr nuestras metas, tanto personales como profesionales. Pero ¿qué tanto he aplicado en mi vida?
Y es que romper con un hábito no es nada fácil. Dejar de hacer algo que nos hace daño es sumanente frustrante, a pesar de reconocer que no es beneficioso para nosotros mismos.
¿Son realmente dañinos nuestros hábitos o lo que nos afecta es realmente los resultados?
Pareciera que fuesen lo mismo, pero no lo es así. Veamos por qué.
Duhigg nos habla que cada hábito empieza con un patrón psicológico, que le denomina “loop o ciclo” el cual se divide en 3 pasos:
- Encontrar el detonador. Lo que causa que se active.
- Luego la rutina. El proceso en el cual llevo a cabo mi motivador inicial.
- Y por último: la recompensa. Lo que le gusta a nuestro cerebro y hace que recordemos en el futuro mantener activo dicho hábito.
En la imagen anterior, basados en los tres pasos del ciclo, podemos observar lo siguiente:
- En el detonador encontramos la necesidad de aliviar la ansiedad.
- Como parte de la rutina de este ejemplo, acudimos a ingerir bebidas alcohólicas para intentar mitigar la ansiedad.
- Aparentemente al hacerlo, encontramos nuestra recompensa.
Volviendo a la pregunta inicial ¿Son dañinos nuestros hábitos o los resultados de los mismos? Definitivamente el alcohol tiene muchas repercusiones dañinas para nuestro cuerpo. ¿Qué tal si cambiamos el hábito?
- En la segunda imagen vemos el mismo detonador, la ansiedad.
- Es aquí donde cambiamos el hábito para mitigar la ansiedad, ya sea compartiendo con alguien de confianza o un profesional acerca de nuestro estado de ánimo.
- La recompensa es la misma, desaparece la ansiedad y surge la tranquilidad.
Los resultados son los mismos, sin embargo lo que cambiamos fue el hábito que, aunque no lo notamos de inmediato, éste tendrá repercusiones dañinas para nuestro cuerpo en el futuro, e incluso nos podría causar mayor ansiedad si no logramos controlar el consumo del mismo.
Como siguiente paso, Duhigg recomienda que identifiquemos qué provoca el detonador. En este caso el por qué de la ansiedad. Hagámonos estas preguntas:
- En dónde estoy.
- Qué hora es.
- Quién más está alrededor mio.
- Cual es mi estado de animo.
- Qué acción precede al impulso o lo que me incita.
Quizá sea oportuno identificar si lo que lo detona es permanecer en un mismo lugar, o el estar desocupado nos haga arrepentirnos por cosas del pasado, rodearnos de personas negativas, etc. De esta manera, sabremos como evitar el ser objetivo de dicho detonador.
Por último, ten un plan preparado para cuando suceda.
Les comparto un ejemplo de vida. Hay momentos que, a pesar que tenga muchas cosas que hacer; entre trabajo, atención a mis clientes, estudiar, leer, escribir, quehaceres del hogar, compartir en familia, hacer ejercicios, etc. Solo quisiera sumergirme en los videojuegos (en La importancia de salir de la rutina les comentaba de mi placer culposo) ya que como trabajo desde mi casa, tengo libertad de tiempo y la responsabilidad de aprovecharlo recae únicamente sobre mi.
Por lo que mi plan al surgir este impulso, es el siguiente:
- Revisar mi itinerario del día. Tener una programación de mi tiempo me ayuda a saber que no debo dar tregua a placeres inmediatos. Si logro encontrar un espacio, establezco de media a una hora para jugar. Es importante distraerse un rato, pero no totalmente de nuestras metas.
- Lo programo como si fuese una tarea, porque ya que reconozco que mi tiempo es valioso, pongo todo mi enfoque en aprovecharlo.
- Sabiendo esto es como cuando en tu dieta estableces un cheat day; lo haces pero luego te sientes culpable y regresas a la rutina habitual.
- Al final obtengo mi recompensa, no pierdo el tiempo y es motivación para seguir con el resto de mis actividades sin desviarme de mis objetivos.
Recuerda que no hablamos de hacer sacrificios. Muchos creen que cambiar de hábitos es dejar de hacer algo. Posiblemente estamos eliminando un elemento dentro del proceso de nuestro hábito, sin embargo el enfoque está en cambiar la forma en que estamos obteniendo nuestros resultados, o en este caso, nuestras recompensas.
Mi última recomendación es que leas el libro de The Power of Habit para que tengas una idea más amplia de lo que logramos destacar aquí; si prefieres escucharlo o verlo, aquí te dejo un listado de resultados en Youtube.
Publicado originalmente en jaimeflorian.com
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